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Fue un viaje complicado, las rutas estaban desmerecidas en el mapa, se entendía muy poco la señalización, prácticamente se debía adivinar el próximo movimiento a realizar, fue un poco confuso, no se entendía el porque de la situación, se veia a la distancia algún rumbo, se sabia que el camino conduciría a algún lado, el tiempo tampoco favorecía la claridad de los actos, aun así se siguió el rumbo, como a la suerte del gitano, parar no era la solución, así que lo mejor era seguir, a pesar de no tener claridad, a pesar de no saber que rumbo seria el próximo a tomar, se debía seguir, cada uno eligió el mas claro a sus ojos, caminaron con paso cuidadoso, tranquila y pausadamente, no había apuro, solo se concentraron en descubrir el rumbo que les conducía el camino que habían elegido, en un momento, solo en un momento, se detuvieron, dándose cuenta, que ya no estaban juntos, que el rumbo que eligieron ya no era el mismo, que quizás esa era la idea, aprender a caminar solos, ellos por su lado, yo por el mio.
Caminando, ¿lo vez?
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